Una esclavitud peor implica una libertad más gloriosa

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El Perú se encuentra a puertas de celebrar sus 195 años de independencia nacional. Y es una brillante oportunidad para recordarle a las personas que no todo puede ser celebración en estas fechas, tenemos que gemir también por nuestra nación que se haya todavía necesitada de una libertad mayor. Te invitamos a leer y compartir este breve artículo al respecto.

UNA ESCLAVITUD MUCHO PEOR.

Después de la independencia nacional el Perú aún tuvo que lidiar con otro tipo de atadura: La esclavitud particular sobre las personas. Sólo los hijos de esclavos nacidos después del 28 de Julio de 1821 serían libres o sea que el 99,9% de los esclavos seguirían bajo la potestad de sus amos, y además después se reformó esa ley haciendo que los esclavos se quedaran con sus amos hasta los 24 años. La libertad de los esclavos se logró con Ramón Castilla, en su segundo gobierno, cuando utiliza el dinero del estado para comprarlos y otorgarles su libertad en 1854. Pero aún quedaría otro tipo de esclavitud hasta nuestros días.

Esclavitud. Miremos algunos conceptos e implicancias de la esclavitud humana:

  • Es la condición social sin libertad.
  • Sometimiento absoluto a la voluntad de otra persona.
  • La persona esclava no tiene derecho alguno, ni aun de su vida misma.

Sin embargo, existían algunas formas, de acuerdo al tiempo y cultura de los pueblos, de escapar a la esclavitud. Por ejemplo, aquí algunas:

  1. Formalidades estatales o legales.

  2. El amo declaraba libre al esclavo en presencia de testigos.

  3. El amo invitaba a comer al esclavo a su mesa.

  4. El amo escribía una carta con su sello y testigos de la libertad del
    esclavo.

  5. El amo clavaba la oreja del esclavo en una estaca de madera. (Judíos)

  6. Se redimía o compraba por medio de un pago justo. (Romanos)

  7. Si un esclavo escapaba de su amo, en su mayoría de casos, la pena era la muerte.

En la actualidad, la esclavitud humana es rechazada y condenada por casi todos los países del mundo. Y es un triste recuerdo lleno de vergüenza de lo que es capaz de hacer la crueldad del hombre. Aunque en algunos lugares del mundo aún se practique.

Sin embargo, en el libro más exacto de la historia, la Biblia, hay una revelación acerca de una realidad espiritual de esclavitud. Y esta es una esclavitud cuya libertad es imposible de alcanzar por medios humanos. Podríamos llamarla una esclavitud mucho peor.

Realidad de la esclavitud Espiritual:

  1. Cristo dijo que todo aquel que peca se hace esclavo del pecado. Juan 8:34

  2. La esclavitud pecaminosa se muestra en nuestro carácter. Tito 3:3

  3. La conciencia nos da evidencia de nuestra esclavitud, Ro.8:15. Por ejemplo, el temor a la muerte. Heb 2:15

  4. Los deseos de Satanás cumplidos nos dan muestra de nuestra esclavitud espiritual. Juan 8:44; Ef.2:2

  5. La atadura a los deseos de nuestra carne nos declaran nuestra esclavitud. Ef.2:3; Gá.5:1, 17

  6. Uno mismo se sometió a esta esclavitud. Romanos. 6:16-19

  7. Todos tenemos una deuda inmensa e impagable con Dios. Rom.3:23

  8. Esta esclavitud nos conduce a la condenación eterna. Rom.6:23.

“No podemos entender la magnitud de la redención en Cristo, sin entender la gravedad de la esclavitud espiritual.”

¿Existirán algunas formas humanas de ser libres de la esclavitud espiritual? ¡Ninguna!… Ni aun guardando la ley. Ro.3:20

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UNA LIBERTAD MÁS GLORIOSA.

La única esperanza de libertad espiritual está en Cristo:

  1. Lo que era imposible para la ley Cristo lo hizo posible. Ro.8:3.

    La ley no puede libertar el corazón humano, ni por medio de ella podemos obtener salvación, ya que la ley, debido a nuestra incapacidad por guardarla o cumplirla a la perfección, en lugar de libertarnos solo nos condena más.

  2. ¿Sometimiento de Satanás? Cristo deshace sus obras. 1 Jn.3:8.

    A esta esclavitud, a la que nos hemos sometido cada uno voluntariamente, se suma la influencia de Satanás quien hace todo lo posible por mantenernos esclavos del pecado por siempre. pero de los tres enemigos más fuertes del ser humano Satanás es el más débil. Solo con someternos completamente a Cristo y a su gracia vencemos automáticamente y para siempre al diablo en nuestras vidas.

  3. ¿Debilidad de la carne? Cristo nos hace fuertes. Ga.5:24.

    Si Satanás es nuestro enemigo más débil entonces ¿Qué o quién es el más fuerte? El enemigo más poderoso con el que tendemos que luchar somos nosotros mismos, nuestra carne constituye la debilidad más grande para el ser humano. Por medio de nuestros apetitos carnales es que Satanás nos seduce o el mundo nos atrae. Si logramos someter nuestros deseos carnales a la voluntad de Cristo automáticamente vencemos todo lo demás. La única manera de hacer esto es entregando completamente nuestro ser a Cristo Jesús, él único que puede liberarnos de la esclavitud espiritual.

  4. ¿Deuda impagable con Dios? Cristo pagó la deuda completa.

    quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” Tito 2:14. Básicamente hay tres palabras usadas en el griego para REDIMIR:

    • Agorazo” Que implica solo “comprado en el mercado”.

    • Exagorazo” que implica “comprado en el mercado y sacado del mercado”.

    • Lutro” que implica "comprado por medio de un precio de rescate con el fin de liberar a la persona de la esclavitud." implica comprarle, sacarle del mercado y liberarle rompiendo sus cadenas, dejándole ir.

      Cuando Dios quiere darnos a entender la idea de la libertad en Cristo usa la palabra Lutro.

 

Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres.”
Jn 8:36

Hoy en día, tanto el Perú como todos los demás países necesitan de esta libertad. Nos encontramos presos del pecado, de la inmoralidad y de la degradación en cuanto a los valores éticos y sociales. La familia corre el peligro de ser destruida o destituida de su diseño tal cual Dios la creo. Es nuestro deber velar en oración y proclamar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo desde el lugar donde nos tocó estar. 

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y ¡Felices Fiestas Patrias!

Redactado del artículo que escribí para la revista Columna y Baluarte en Julio del 2015.