Introducción a 1 Corintios
“La epístola del amor necesario”
"Primera a los Corintios" es una de las cuatro cartas que el apóstol Pablo envió a los creyentes de Corinto (una ciudad marítima de la provincia de Acaya). De las cuatro cartas, sólo dos (la segunda y la cuarta) fueron inspiradas por el Espíritu Santo y conforman parte del nuevo testamento con los nombres de 1 Corintios y 2 Corintios.
1. LA CIUDAD DE CORINTO.
Sin lugar a dudas, Corinto era la ciudad más importante de toda Grecia. Por alguna razón era la capital de la provincia romana de Acaya. (Hch.18:12,17; 19:21 – 1Ts.1:7, 8 – Ro.15:26; 16:5 – 1Co.16:15 – 2Co.1:1;9:2). Se sabe que, en tamaño, era la cuarta ciudad más grande del imperio romano. Era notoria por su comercio, cultura y corrupción. Era una ciudad altamente libertina, su inmoralidad era escandalosa aún para los propios gentiles. Tanto que "corintianizar" se volvió una palabra para designar la degradación moral entre las personas. En el AT pasó lo mismo con la ciudad de Sodoma: "sodomita" se volvió una palabra que significaba algo muy inmoral. Sin embargo, como solía ocurrir en centros así, el vicio y la religión florecían el uno junto al otro.
Corinto era la sede central de la adoración a Venus, como también de algunos de los “cultos misteriosos” impuros provenientes de Asia y Egipto. La expresión religiosa de Corinto era tan variada como su población: Habían muchos lugares sagrados dedicados a los muchos dioses (el Panteón grecorromano) y a los muchos señores (los cultos mistéricos). Tenían una Sinagoga Judía. También, a este puerto llegaban muchos ambulantes y charlatanes con sus más diversas ideas y creencias.
2. LA IGLESIA EN CORINTO.
A pesar de todos los indicadores tan negativos observados sobre Corinto, en esta ciudad hubieron muchos convertidos a Cristo. Pero, debido al poco tiempo de instrucción que se podía tener y a los profundos hábitos pecaminosos a los que por mucho tiempo habían estado acostumbrados, la iglesia no brillaba con la luz de Cristo; sino que se volvió una iglesia inmadura y carnal. De pésimo testimonio, llenos de rivalidades y rebeldías.
Pablo había visitado Corinto en su segundo viaje, se hizo amigo de dos judíos que hacían tiendas: Aquila y Priscila. Permaneció allí por un año y medio. Razonaba con la gente de la sinagoga semana tras semana. El principal de la Sinagoga se convirtió y fue bautizado por Pablo (Hch.18:8; 1Co.1:4-7). Luego Pablo recibió un aliento especial de Cristo para que se quedara en Corinto por un tiempo (Hch.18:9), pero después viajó a Éfeso.
Tras su salida, Pablo dejó una iglesia ricamente bendecida en dones espirituales (1Co.1:4-7), pero sumamente tentada por la sabiduría humana (1Co.1:22) y la terrible maldad de la ciudad misma (1Co.1:26-28). Esta iglesia era variada, habían en ella: Judíos, Griegos, Esclavos, Libres, Sabios, Indoctos, Ricos, Pobres, Poderosos, Más débiles que fuertes.
Gordon Fee nos dice lo siguiente: “Si bien era una iglesia cristiana en Corinto, todavía llevaban dentro de sí una proporción desordenada de Corinto, la cual se manifestaba en diversas actitudes y formas de comportamiento que exigían que se practicara una cirugía radical sin matar al paciente. Y esto es lo que se trata de lograr en 1 Corintios.”
3. LA CORRESPONDENCIA ENTRE PABLO Y CORINTO.
1. La Primera Carta de Corrección: Perdida
Pablo se quedó tres años en Éfeso (Hechos 19.1-41). Es muy probable que hizo una segunda visita a Corinto (véase 2 Co 13.1) para corregir algunos de los problemas que había allí. Una vez de regreso en Éfeso les escribió una carta algo fuerte (véase 1 Co 5.9), pero esta carta se ha perdido.
2. La Carta de las Respuestas: 1 Corintios.
Entonces, la iglesia de Corinto escribió una carta a Pablo, que enviaron con Estéfanas, Fortunato y Acaico, quienes eran miembros de la iglesia (16:17). Esta carta formulaba varias preguntas importantes acerca de la doctrina y la práctica, y Pablo las responde (así como los reprende por sus pecados) en la que ahora conocemos como “1 Corintios”. (Note: 1Co.7.1; 8.1; 11.17.)
3. La Carta Severa: Perdida
Timoteo volvió a Pablo con noticias de que la iglesia había recibido la carta, pero que algunas cosas todavía andaban mal. Es entonces que, al parecer, Pablo decide escribir otra vez, pero mucho más enérgico. Les da una tremenda reprimenda por no arrepentirse. Esta carta ha de haber sido tan dura que el apóstol dice que lo lamentó (2Co.7:8-12). Aunque algunos atribuyen la carta severa a 1 de Corintios. Finalmente Pablo envió a Tito a Corinto para lograr que los creyentes obedecieran sus órdenes apostólicas (2Co.7.13–15).
4. La Carta del Consuelo: 2 Corintios.
Luego, Tito regresó y habló con Pablo (2Co.7.6–7) sobre buenas noticias, los Corintios habían disciplinado al ofensor (1Co.5:5) y la iglesia había obedecido sus instrucciones. Fue entonces que Pablo escribió otra carta, junto a Timoteo (2Co.1:1), para elogiar a la iglesia y animarles a seguir avanzando y concluir la buena obra. Tito les llevó esta carta y esperó allí para ayudar a la iglesia a recoger su parte de la ofrenda para los santos pobres de Jerusalén (2Co.12:17–18 y 8:6).
4. PROPÓSITO DE LA EPÍSTOLA.
Pablo tenía dos propósitos básicos al escribir 1 Corintios:
(1) Reprender a los cristianos corintios por los pecados escandalosos que se permitían en la iglesia (Cap.1–6).
(2) Responder a sus preguntas respecto a la vida y doctrina cristianas. (Cap.7-15)
En resumen, todos los problemas eran por falta de amor entre ellos y la única solución era que maduren en el amor de Cristo. La epístola está llena de exhortaciones al amor cristiano, en especial el capítulo 13.
Recibió informes de los familiares de Cloé (1Co.1:11) y también de Estéfanas, Fortunato y Acaico acerca de los pecados (1Co.16:17). Y su visita a la ciudad desde Éfeso le dio información de primera mano acerca de las divisiones y disputas en la iglesia.
Ninguna carta del NT analiza con más fuerza los problemas de la iglesia local y tal vez ninguna carta del NT es más descuidada hoy.
5. IMPORTANCIA PARA HOY.
La consejería y el discipulado.
Estos elementos son sumamente necesarios hoy, pues se ha limitado el discipulado a ciertas lecciones teóricas y doctrinales más no hay un apego a la práctica de la fe entre los creyentes. Por otro lado, la consejería es sumamente clave en la resolución de dudas y conflictos. 1 Corintios ofrece una variedad de temas para discipular y aconsejar a los creyentes, además que se vuelve un manual excelente para la preparación de los siervos de Dios.
La conducta y madurez cristiana.
El testimonio del creyente es clave para evangelizar al mundo. La iglesia es llamada a reflejar el amor y el carácter de Cristo a los demás. Esta carta exhorta y desafía a los cristianos del mundo moderno: “Se puede ser luz en medio de una generación de oscuridad.”
6. CRISTO VISTO EN 1 CORINTIOS:
- El Santificador (1Co.1:2,30)
- La unidad en su cuerpo (1Co.1:10-13; 6:15; 10:16; 12:27)
- Poder y Sabiduría de Dios (1Co.1:24)
- La mente de Cristo (1Co.2:16)
- Nuestra pascua (1Co.5:7)
- El Amo y Señor (1Co.7:22)
- La ley de Cristo (1Co.9:21)
- La Roca espiritual (1Co.10:4)
- La cabeza de todo varón (1Co.11:3)
- Cristo, las primicias de resurrección (1Co.15:20-23)
- El amor de Cristo (1Co.16:24; 13:1-8)
APLICACIÓN PRÁCTICA:
- Los problemas no son permitidos por Dios para dividirnos sino para madurar, para aprender a demostrar su amor y crecer juntos.
- El principio del liderazgo es sumamente clave para el buen desarrollo de la iglesia y de cada familia, respetemos la cabeza superior que es Cristo, así mismo a los líderes espirituales y al varón en casa como Cristo manda.
- El amor cristiano es una de las fuentes de luz y vida más poderosas que puedan haber; todos los creyentes tenemos ya el amor de Dios en nuestros corazones (Ro.5:5), pero necesitamos practicar ese amor, madurar en él, el amor debe ser nuestra bandera.
¿Sientes que no puedes? ¿qué eres débil? Acercate a Dios, él es compasivo y misericordioso. Los creyentes no somos perfectos, vamos a fallar y pecar muchas veces; pero eso nos habla del amor, de la paciencia y de la misericordia de Dios, que siempre nos levanta. Así también deben ser nuestras actitudes para con los demás, no juzgarnos sino ayudarnos el uno al otro.
"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros." Juan 13:35