BOSQUEJO EXPOSITIVO: 1 Juan 5:1-21 | Nuestra esperanza es segura

Nuestra Esperanza es Segura

1 Juan 5:1-21

Texto clave: 1 Juan 4:3-4 

Juan concluye su epístola con una fina descripción de nuestra seguridad eterna en Cristo Jesús. En esto se entretejen grandes principios: El que ama a Dios ama a sus hijos, y guarda sus mandamientos (1-2); nuestra fe vence al mundo (3–8); El Hijo de Dios nos ha dado vida eterna (9–13); y que Dios oye nuestras oraciones (14–21).

Principio aprendido: El creyente debe creer al testimonio que Dios ha dado en cuanto a su nueva y segura posición en Cristo. Ya tenemos vida eterna, sólo debemos procurar vivir a la altura de lo que hemos recibido. Veamos como podemos pasar de esta verdad a la realidad:

A. La victoria de la fe.

  1. Los hijos nacen por la fe en Cristo. (vv.1a,4)
  2. Los hijos aman a Dios, quien los engendró. (vv.1b, 3a)
  3. Los hijos se aman entre sí. vv.1c,2
  4. Los hijos de Dios guardan sus mandamientos. vv.2b-3
  5. Los hijos son victoriosos sobre el mundo. vv.4-5

B. La confianza impartida.

  1. El testimonio visible de Jesucristo. v.6a
  2. El testimonio interno del Espíritu. vv.6b-8
  3. El testimonio público del Padre. vv.9-13
    • Su testimonio es mayor. v.9a
    • Su testimonio se centra en el Hijo. v.9b
    • Su testimonio permanece en el creyente. v.10
    • Su testimonio declara vida eterna. v.11
    • Su testimonio declara juicio. v.12
    • Su testimonio provee certeza y seguridad. v.13

    C. La confianza demostrada.

    1. Él nos oye si pedimos conforme a Su voluntad. v.14
    2. Él nos da conforme a nuestras peticiones. v.15
    3. Él atiende peticiones fieles. v.16-17, 21
      • Hay pecados de "muerte" y "no de muerte"
      • Los pecados de muerte son aquellos que se hacen de manera deliberada y rebeldemente contra Dios.
      • El juicio de Dios cae sobre aquellos que cometen este tipo de pecado.
      • Muchas veces el castigo de Dios será la misma muerte.
      • En este caso, no se debe pedir pues la voluntad de Dios es clara al respecto. 
    4. Él nos provee de certeza:
      • Sabemos que los hijos no practican el pecado. v.18a
      • Sabemos que Cristo nos guarda. v.18b
      • Sabemos que somos de Dios, no del maligno. v.19
      • Sabemos que el Hijo nos ha dado entendimiento. v.20a
      • Sabemos que estamos seguros en la verdad. v.20b

    APLICACIONES: 

    1. La victoria de la fe.
      Los hijos de Dios lo han de ser no por sus obras y esfuerzos sino por una correcta fe en la persona y obra de Jesucristo. No se puede amar a Dios y no amar a Jesucristo. La consecuencia inmediata de esto es que también amaremos a todos los hijos de Dios, que han nacido por la fe en Cristo, igual que nosotros. El cristiano vence, de esta manera, al mundo. No sólo en salvación sino en la vivencia. 
    2. La confianza impartida.
      Todo lo que Dios hace colabora a que nuestra fe en él siga creciendo. necesitamos creer en Dios para salvación, para nacer de nuevo, pero necesitamos vivir creyéndole para mantenernos en la seguridad de esa salvación. Aquél que dude de esta certeza, en cuanto a la vida eterna, estará llamando "mentiroso" a Dios. Él ya nos dio vida eterna, la cual descansa en Su hijo, no en nosotros. No debemos permitir ninguna incertidumbre en nosotros.
    3. La confianza demostrada.
      De parte de nosotros, nada más queda ser agradecidos. Mantener viva la confianza y sobre todo disfrutar la comunión con el Padre, como hijos legítimos. En esta relación de plena confianza podemos hacerle nuestras peticiones con toda seguridad. Su amor por nosotros hace que nos brinde lo que pidamos, pero nuestro amor por él hace que le pidamos conforme a lo que agrada a su voluntad. En esta voluntad somos santificados y nuestra victoria se traslada a cada aspecto de nuestras vidas. Nuestra esperanza es segura, pero no debe serlo sólo en la teoría, más aún, debería serlo en la práctica.

    Más bosquejos sobre 1 Juan en:

    BOSQUEJOS EXPOSITIVOS SOBRE 1 JUAN