BOSQUEJO EXPOSITIVO: Seguros de la Palabra de Dios | Santiago 1:19-27

Seguros de la palabra de Dios_Santiago 1.19-27

SEGUROS DE LA PALABRA DE DIOS.

Santiago 1:19-27

Podemos estar seguros que Dios usará Su palabra para lo que es mejor en nosotros, si la obedecemos. No olvidemos que Santiago nos está hablando en un trasfondo de pruebas y sufrimientos. Nuestras aflicciones no deberían deternos en nuestro crecimiento para con la palabra del Señor.

1. Su palabra en nosotros nos permite tener mejores relaciones, aun en las pruebas. Stg 1:19

Aquí Dios nos da una de las claves más importantes en la resolución de conflictos. Si seguimos fielmente esta clave, compuesta por tres ejercicios de nuestros sentidos, nuestras relaciones comenzarán a caminar en la manera que Dios desea.

  • Prontos para oír.
  • Tardos para hablar.
  • Tardos para airarnos.

Santiago advierte que si nos dejamos llevar por nuestros impulsos no lograremos nada, Dios no obrará por medio de eso. Stg 1:20

2. Su palabra tiene tanta bendición, que debemos:

  • Desechar toda inmundicia y malicia. Stg 1:21
  • Recibir la palabra implantada. (Ejemplo de la buena tierra)
  • Ser Hacedores de la palabra y no sólo oidores. (Ejemplo del espejo) Stg 1:22-24
  • Mirar atentamente en la ley de la libertad. Stg 1:25

Como resultado: Seremos bienaventurados en lo que hacemos, a pesar de las pruebas que podríamos estar pasando.

3. Su palabra nos impulsa a dar a otros del bien que recibimos, aún en las pruebas.

  • Refrenar la lengua de mal. Stg 1:26
  • Cubrir las necesidades de viudas y huérfanos. Stg 1:27
  • Guardarse de las manchas del mundo.

APLICACIÓN:

  1. Los problemas o crisis por las que atravesamos no pueden destruirnos, pero pueden fortalecernos si nuestra fe es genuina. Lo mejor de esto es que los que viven a nuestro alrededor también se benefician de lo que la Palabra de Dios hace en nosotros.
  2. Las pruebas son una oportunidad para abrir nuestros ojos a la gran necesidad que otros están pasando y que muchas veces nos son indiferentes. 
  3. Aunque el sufrimiento que atravesamos es fuerte, no debemos descuidar la palabra del Señor. En ella, hay toda fuente de sabiduría, gracia y verdad. Ella nos fortalecerá y nos capacitará para ejercer un correcto ministerio sobre otros.

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