11 MENTIRAS DE CALVINO EN CUANTO AL BAUTISMO DE INFANTES | Institución de la Religión Cristiana.

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NO SOMOS PROTESTANTES NI REFORMADORES

Juan Calvino practicaba y defendía con fervor el bautismo de niños

Para refutar las mentiras de los protestantes (reformadores) a veces sólo hace falta leerlos con cuidado y ver cómo ellos se refutan a sí mismos. Calvino, sin saber lo que más tarde harían con sus enseñanzas, con su defensa al bautismo de niños, estaba refutando a muchas de las creencias que hoy defienden sus supuestos seguidores.

Por alguna razón, alguien dijo “ni calvino era calvinista”.

Pero si hay algo que podemos rescatar de todo esto, es que es totalmente mentira lo que dicen los reformados o calvinistas de ahora: “que las enseñanzas de calvino, o lo que Calvino creía, era el verdadero evangelio de Jesucristo.”

Vamos a transcribir literalmente las palabras de Juan Calvino, tocante al bautismo de niños, en su obra “Institución de la religión Cristiana”. Y veamos si realmente era el evangelio de Cristo, el cual enseña la Biblia.

1. Juan Calvino estaba convencido que el bautismo de niños era un mandamiento específico de Dios y no de los hombres. (Institución, P.1043)

“El Bautismo de los niños se funda en la Palabra de Dios: Mas como ciertos espíritus amigos de fantasías han promovido grandes discusiones en la Iglesia en nuestro tiempo a causa de la disposición que tenemos de Dios de bautizar a los niños, y no cesan de discutir, como si Dios no hubiese ordenado esto, sino que los hombres lo hubiesen inventado ahora, o a lo sumo algún tiempo después de los apóstoles, parece que será muy bien confirmar en este punto la conciencia de los fieles, y refutar las falsas objeciones que tales embusteros pueden presentar para trastornar la verdad de Dios en el corazón de la gente sencilla, que no está preparada para responder a tales engaños y sutilezas.”  (Institución, P.1043)

“Mas cuando, por el contrario, hayamos claramente demostrado que son ellos quienes falsa y erróneamente inventan esta calumnia, llamando tradición humana a esta institución perfectamente fundada sobre la Palabra de Dios, ¿qué otra cosa quedará, sino que este pretexto, que en vano inventan, se deshaga y convierta en humo? Por tanto, veamos cuándo se comenzó a bautizar a los niños. Porque si esto fue invención humana, confieso que es preciso dejarlo y seguir la verdadera regla que el Señor ha ordenado; porque los sacramentos estarían pendientes de un hilo si no se fundasen en la pura Palabra de Dios.” (Loc. Cit)

2. Juan Calvino creía que el bautismo era una manera de empadronar a los hombres en el reino de Dios y que por esto convenía mucho bautizar a los niños.

“Las promesas del Bautismo convienen a los niños… He aquí, pues, en resumen, la declaración del Bautismo, a la que se puede referir todo cuanto se dice en la Escritura, excepto un punto que aún no se ha tocado; a saber, que nos sirve también como de señal y marca por la cual confesamos ante los hombres a Dios como Señor nuestro, y somos inscritos y empadronados en el número de su pueblo.” (Institución, P.1044)

3. La "base irrefutable" del bautismo de niños, para Calvino, era la circuncisión judía. Sobre este supuesto, el bautismo le garantiza a los niños el perdón de pecados.

Concluimos, pues, de esto, que los padres tuvieron en la circuncisión la misma promesa espiritual que nosotros poseemos ahora en el Bautismo; y que significaba la remisión de los pecados, y la mortificación de la carne para vivir en justicia. Además, según lo hemos enseñado, Cristo es fundamento del Bautismo, en el que ambas cosas residen; e igualmente lo es de la circuncisión.” (Institución, P.1045)

La promesa, en la cual hemos dicho que consiste la virtud de los signos, es la misma en ambos; es decir, de la misericordia de Dios, de la remisión de los pecados, y de la vida eterna. Además, la cosa significada es siempre la misma: nuestra purificación y mortificación. El fundamento en que se apoya el cumplimiento de estas cosas es también el mismo en ambos.” (Loc. Cit)

4. Para Calvino, la única diferencia entre la circuncisión y el bautismo de infantes era la manera ceremonial de llevarlas a cabo. Pero que en todo lo demás, eran lo mismo.

Por consiguiente, se sigue que no hay diferencia alguna entre el bautismo y la circuncisión en cuanto al misterio interno, en lo cual consiste toda la sustancia de los sacramentos, según hemos demostrado. La única diferencia se refiere a las ceremonias externas, que es lo menos importante en los sacramentos, puesto que la consideración principal depende de la Palabra y de la cosa significada y representada. Podemos, pues, concluir que todo cuanto pertenece a la circuncisión pertenece también al Bautismo, excepto la ceremonia externa y visible.” (Institución, P.1046)

5. Para calvino, el bautismo de infantes era una entrada a la iglesia de Dios y una aceptación de tenerlo como Dios.

Porque igual que la circuncisión fue un signo y marca para los judíos con que reconocer que Dios los recibía por pueblo suyo y que ellos le tenían por su Dios, sirviéndoles de esta manera como de una primera entrada externa en la Iglesia de Dios, del mismo modo por el Bautismo somos primeramente recibidos en la Iglesia del Señor, para ser tenidos por pueblo suyo, y, por nuestra parte, manifestamos que queremos tenerle por nuestro Dios. Por lo cual se ve claramente que el Bautismo ha sucedido a la circuncisión.” (Loc. Cit)

6. Para Calvino, el no bautizar a los niños constituía un terrible pecado.

Como la circuncisión, el Bautismo pertenece a los niños. Y si alguno pregunta ahora si el Bautismo debe ser comunicado a los niños, como si les perteneciera por disposición de Dios, ¿quién será tan desatinado y loco, que para resolverlo se pare a considerar solamente el agua visible, y no tenga presente el misterio espiritual? Porque si lo tenemos presente, no podrá haber duda alguna de que el bautismo se administra con toda razón a los niños. Al ordenar el Señor antiguamente la circuncisión para los niños, demostró claramente que los hacía partícipes de todo cuanto en ella les representaba. Pues de otra manera habría de decirse que tal institución no había sido más que mentira, falsedad y engaño; sólo pensar lo cual es un horrible pecado.” (Loc. Cit)

7. Según Calvino, la santificación la pueden heredar los hijos de sus padres cristianos; y siendo así, los niños deberían de recibir el bautismo como símbolo de lo que ya han recibido espiritualmente. Esto obviamente, los haría "automáticamente salvos"; o el último caso, se estaría demostrando que dichos niños ya son salvos porque sus padres lo son.

El Señor dice expresamente que la circuncisión que se administra al niño le servirá de confirmación del pacto que hemos expuesto. Si, pues, el pacto permanece siempre el mismo, es del todo cierto que los hijos de los cristianos no son menos partícipes de él, que lo fueron los de los judíos en el Antiguo Testamento. Y si participan de la realidad significada, ¿por qué no les ha de ser comunicado también el signo? Si poseen la verdad, ¿por qué alejar la figura?; pues la señal externa en el sacramento va de tal manera unida a la Palabra, que no se puede separar de ella.” (Loc. Cit)

“y puesto que la Palabra del Bautismo conviene a los niños, ¿por qué quitarles el signo, que depende de la Palabra? Si no hubiese más razón que ésta, sería suficiente para cerrar la boca a todos los que defienden una opinión contraria. La objeción de que había un día señalado para la circuncisión (Gn. 17,12; 21,4), no viene a propósito. Es verdad que el Señor no nos ha obligado a ciertos días, como lo hizo con los judíos; pero dejándonos en libertad en cuanto a esto, nos ha declarado, sin embargo, que los niños deben ser solemnemente recibidos en su pacto. ¿Queremos algo más que esto?” (Institución, P.1046)

Así como los hijos de los judíos fueron llamados linaje santo, por ser herederos de este pacto, y se les separaba de los hijos de los infieles y de los idólatras; así del mismo modo los hijos de los cristianos son llamados santos, aunque no sean engendrados más que de padre o de madre fiel, y son diferenciados de los otros por el testimonio de la Escritura… Así pues, debemos considerar siempre diligentemente aquello en que convenimos con ellos, y en lo que nos. diferenciamos. Convenimos en el pacto y en el motivo de confirmarlo; nos diferenciamos solamente en la manera. Ellos tienen la circuncisión para confirmación; nosotros tenemos en su lugar el Bautismo” (Institución, P.1047)

8. Según Calvino, Dios premia con la salvación y la santificación de su descendencia, al hombre que sea fiel bautizando a sus hijos. Con esto, "Dios anima al hombre a que sea más fiel todavía", en todo caso, le ofrezca una "consagración condicional".

Porque la señal que Dios comunica a los niños, confirma, como si fuese ratificada con un sello, la promesa que el Señor ha hecho a los suyos, que Él será su Dios y el de su descendencia por mil generaciones. En lo cual primeramente brilla la bondad de Dios para glorificar y ensalzar su nombre; y, en segundo lugar, para consolar al hombre fiel y darle mayor ánimo para entregarse totalmente a Dios, al ver que no solamente se preocupa de él, sino también de sus. Hijos y su posteridad.” (P.1049)

9. Para Calvino, la promesa de Dios "no es suficiente para asegurar la salvación" de nuestros hijos, sino que éstos tienen que ser bautizados para ello.

“Y no se puede decir que la promesa bastaría para asegurar la salvación de nuestros niños. Porque otro ha sido el pensamiento de Dios, que conociendo la flaqueza de nuestra fe, la ha querido fortalecer. Por tanto, todos los que con plena confianza descansan en la promesa de que Dios quiere hacer misericordia a su descendencia, deben presentar a sus criaturas para recibir el signo de la misericordia (el bautismo); y con ello consolarse y corroborar su fe, al ver con sus mismos ojos la alianza del Señor sellada en el cuerpo de sus hijos.” (Loc. Cit. Paréntesis mío)

10. Para Calvino, el gran fruto del bautismo en los niños es, no sólo la salvación de sus almas, sino una vida consagrada al servicio de Dios en la tierra.

El provecho que los niños reciben es que la Iglesia, reconociéndolos como miembros suyos, los tiene en mayor estima; y ellos; al ser mayores tienen ocasión de inclinarse más al servicio de Dios, que se les ha manifestado como Padre antes de que tuviesen entendimiento para comprenderlo, recibiéndolos en el número de los suyos desde el seno mismo de su madre.” (Loc. Cit.)

11. Para Calvino, no bautizar a nuestros niños es exponerse al juicio y castigo de Dios.

Finalmente, debemos siempre temer que, si menospreciamos marcar a nuestros hijos con la señal del pacto, el Señor nos castigue por ello (Gn.17,14); porque al hacerlo así renunciamos al beneficio y a la merced que nos ofrece.” (Institución, P.1050)

Al final de su artículo, Calvino refuta los argumentos de los anabaptistas, tildándolos de gentes impulsadas por el diablo. Con lo cual queda demostrado que los bautistas no son los protestantes que algunos dicen ser.

CONCLUSIONES.

  1. Calvino no dejó sus creencias y prácticas profundamente católicas. Creía en los Sacramentos (P.1043). Creía y practicaba el bautismo por aspersión (p.1044). Creía en los escritos de los padres y filósofos católicos (constantemente citados). Se oponía y perseguía a los anabaptistas. Etc.
  2. Calvino mismo ha tirado abajo las denominadas doctrinas de la gracia (Calvinismo).
  3. No se puede llamar el verdadero evangelio a doctrinas sostenidas por Calvino y los protestantes.
  4. Los cristianos sinceros debemos tener cuidado de identificarnos con esta corriente católica protestante. Nuestra iglesia “bíblica” y “cristiana evangélica” no es protestante ni nació de la reforma.