Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
PUNTO DE PARTIDA:
Algunos judíos creyentes mantenían sus costumbres no pecaminosas del judaísmo; por ejemplo: no comían carne sacrificada a ídolos o guardaban ciertos días festivos (Ro.14:3,5). Los creyentes gentiles, en cambio, no tenían tales costumbres.
Aunque estas prácticas podrían parecernos inofensivas, las diferencias entre judíos y gentiles estaban afectando al uno como al otro, todo simplemente por falta de madurez.
- Pablo expresa su convicción personal pero no adopta una posición a favor o en contra de practicar estas cosas. (Ro.14:14).
- Más bien, lo que Pablo reprende, son las malas actitudes de ambas partes al defender cada uno su propia postura (Ro.14:3).
Ninguno estaba dispuesto a respetar el estilo del otro y menos a realizar algunos cambios con el fin de salvaguardar la relación. Lo más importante para cada grupo era lo que estaban acostumbrados a hacer.
SOBRE LA MARCHA:
Los hábitos y costumbres marcan nuestro carácter y nuestras conciencias, dictaminado culpabilidad en nosotros mismos al quebrantarlas, aunque nadie nos haya acusado (1Corintios 8:70), y peor aún condenando a otros por nuestro propio juicio y no el de Dios, en base a lo que creemos correcto. Esto sucede hoy en día con algunas formas de hacer nuestras reuniones o el ministerio en la Iglesia local y también en nuestras vidas personales como cristianos. Somos muy rápidos para catalogar o tachar a otros debido a las diferencias que tenemos con ellos. Esto es “una débil conciencia”.
Una débil conciencia implica entonces que se debe madurar. Aunque nos cueste, debemos aprender a llevar a cabo los cambios que satisfagan mejor las necesidades de los demás. Entre otras cosas, lo más importante de esta lección es aprender a no ser tropiezo para otros con nuestras preferencias.
ALCANZANDO LA META:
¿De qué lado estás? Debes entender que todo cambio implica un conflicto para creyentes sinceros, ellos están acostumbrados a la forma de actuar, la cual pretendemos que cambien. Seamos prudentes, amorosos, no los menospreciemos y seamos pacientes.
Por otro lado, si somos de los que resisten el cambio; evaluemos siempre si se trata de un principio bíblico o es una preferencia personal. En la Biblia hay cosas que son fundamentales y por lo tanto inamovibles y no negociables, pero hay otras cosas que son preferencias, éstas si podemos cambiarlas sin ningún temor, lo prioritario debe ser siempre la comunión, la hermandad y la edificación mutua.
UN REFRESQUITO:
Romanos 15:1 | "Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos."
Efesios 4:2 | "con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,"
1 Corintios 10:31-32 | "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios"