ROMANOS 9 | La interpretación en su contexto

ROMANOS 9 EN SU CONTEXTO

INTERPRETACIÓN DE ROMANOS 9.

Antes de leer este artículo asegurate de haber leído: las previas para una buena interpretación de romanos 9.

Ahora, veamos una breve introducción al capítulo, seguido de un bosquejo expositivo con el que iremos explicando los detalles más importantes para una adecuada interpretación.

Datos importantes:

  1. Contexto: El capítulo noveno de Romanos mantiene, de forma natural, una clara e indisoluble unidad con los capítulos “10” y “11”. El tema central de esta unidad es la nación de Israel.

    Obviamente, Pablo no quiso  tratar todos los detalles acerca de la nación. Sino que trata sólo los asuntos relacionados con su fin escatológico; habla de su elección, su rebeldía o fracaso; su tiempo de espera (endurecimiento), el remanente escogido, y de su restauración futura. Todos los estudiosos serios de la Biblia reconocen esta unidad de pensamiento entre los capítulos 9, 10 y 11. De manera que, no vamos a entender Romanos 9 sino lo estudiamos en armonía, por lo menos, con los otros dos capítulos. Es muy importante que no pasemos por alto este detalle.

  2. Propósito: Básicamente, Romanos 9, 10 y 11 responden a la pregunta: ¿Qué será de los judíos como nación?
  3. Énfasis de cada capítulo:
    • Cap. 09 – “El pasado de Israel”… SU FRACASO
    • Cap. 10 – “El presente de Israel”… SU ENDURECIMIENTO
    • Cap. 11 – “El futuro de Israel”…. SU RESTAURACIÓN
  4. Pautas de interpretación: Es importante que prestemos mayor atención a las conclusiones del capítulo que a las premisas, preguntas, o detalles anteriores a éstas. Porque es en las conclusiones donde hallaremos el pensamiento y el objetivo principal del escritor. Las conclusiones nos dicen a qué punto quiere llegar el remitente. Qué quiso explicar con todo su discurso. Así que, nos concentraremos mucho en esto.

    Por otro lado, mientras avancemos, haremos algunos paréntesis para mostrar algunas evidencias, que el pasaje nos ofrece, contra los errores de algunas posturas teológicas.

INTERPRETACIÓN:

EL FRACASO DE ISRAEL |Romanos 9

Principio aprendido. El mensaje clave de este capítulo es el siguiente: La salvación no es un asunto exclusivo de un pueblo, linaje o cultura (como creían los judíos), sino de todos aquellos que se acercan a Dios por la fe en Cristo Jesús”.

A. El dolor de Pablo por el fracaso de Israel. vv.1-3

  1. Pablo manifiesta el dolor profundo que siente por su pueblo. Ro.9:2
  2. El dolor de Pablo manifiesta su profundo amor por ellos. Ro.9:3
  3. El amor de Pablo manifiesta el amor de Dios por Israel. Ro.9:1
    Recordemos que Pablo estaba hablando inspirado por el Espíritu santo:
    “Verdad digo en Cristo”, “Mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo”.

Una vez, cuando discutía este asunto con un defensor calvinista, me dijo que Pablo aquí estaba hablando a título personal, que sólo era un pensamiento humano y Dios no tenía nada que ver. Así que, para él esos versos podían no ser “inspirados”. Pero cuando le llevé al pasaje, se sorprendió que Pablo mencionó que lo que estaba diciendo era “en Cristo” y “en el Espíritu Santo”. Entonces mi amigo, el calvinista, sólo atinó a decir que no sabía responder a eso, que sólo era un misterio y ya.

Refutación a ideas contrarias:

Algunos sugieren que el amor de Dios es limitado y que por esta razón sólo salva a algunos y no a todos. Pero, en base a las declaraciones que Pablo hace en estos versos, surgen algunas interrogantes que precisan ser respondidas:

  • ¿Era Pablo capaz de amar más que Dios?
  • ¿Deseaba Pablo la salvación de Israel más que Dios mismo? (Ro.10:1)
  • ¿Deseaba Pablo entregar su propia vida por ellos pero Dios no lo quiso hacer?
  • ¿Es Pablo más misericordioso que Dios?

Aún si estos versículos fueran declaraciones puramente humanas, la pregunta sigue en pie: ¿Tiene Pablo más amor que Dios por el pecador? No, no creemos nada de eso en lo absoluto. Sólo hay una respuesta plausible: Dios ama a Israel aunque ellos lo han rechazado. Por esto, el amor de Dios por los “no salvos” es expresado a través del dolor de Pablo, quién escribía siendo inspirado por el Espíritu Santo. Lo cual indica que no era una expresión meramente humana, Dios está expresando su amor y dolor por los que se pierden.

B. Las Cuestiones debido al fracaso de Israel. vv.4-29

El rechazo de Israel habría generado por lo menos dos cosas en los creyentes:

- En los judíos: Cuestiones.

- En los gentiles: Malas actitudes.

Así que, Pablo, informado de estas cosas, va a hablar usando un estilo retórico, e irá formulando algunas de las preguntas comunes que se hacían los judíos para responderlas allí mismo...

1era Cuestión: ¿Ha fallado acaso la Palabra de Dios? (vv.6-13)

Respuesta: No, no ha fracasado la palabra, sino que más bien ha sido cumplida (Ro.9:6). Porque, en base a la Escritura, los hijos de Dios no son hijos según la carne (por descendencia o linaje humano) sino según la promesa por fe.

Comprobación:

  • El ejemplo de Isaac e Ismael, (Ro.9:9) - Ismael no era considerado descendiente legítimo.
    Por Isaac vino la promesa espiritual y no en Ismael. Los judíos podrían argumentar que esto era lógico puesto que Ismael no era descendiente legítimo. Pero que ellos eran hijos de Dios porque descendían de Isaac, el hijo legítimo. Pero a continuación Pablo les dará la primera estocada…
  • El ejemplo de Jacob y Esaú, (Ro.9:10-11) - Esaú si era considerado descendiente legítimo.
    Tanto Jacob y Esaú eran hijos legítimos pues eran gemelos, pero, aun así, sólo por medio de uno vino la promesa espiritual. Encima de todo, Esaú era el mayor, lo lógico era que la bendición la herede él pero la heredó el menor. Con esto queda absolutamente comprobado que Dios no tiene hijos por medios terrenales, como la descendencia o el parentesco, sino por la promesa de la fe.

Conclusión: La palabra no había fallado sino que había sido mal entendida. Los judíos pensaban que era suficiente con tener sangre judía en sus venas, pero Dios sólo aceptaría el legado espiritual. Que todos son hijos de Dios por medio de la fe (Gálatas 3:26).

Referencia: Lucas 3:8 – “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.”

Refutación a ideas contrarias:

Algunos proponen que la mención que Pablo hace sobre Jacob y Esaú, es una clara prueba de que Dios elige personas individuales para salvarlas y a otros no. Esto se produce por un vago entendimiento del verso 11, que dice: “(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama)”

Aquí las palabras “elección” y “el que llama” son usadas fuera de su contexto para tratar de armonizarlas con el “llamado individual a la salvación”. Sin embargo, esto es imposible de aceptar por algunas consideraciones:

  • Primero, este verso es un paréntesis; se debe tener cuidado cuando se trata de establecer doctrinas fundamentales en premisas o paréntesis y aislarlos del contexto de donde se les extrae. Pablo usa este paréntesis sólo para aclarar que el diseño del legado espiritual no obedeció a obras o mérito alguno de parte del hombre sino al plan de Dios, el cual no aceptaría redención por medio de la descendencia física sino por medio de la espiritual, la que es de la fe.
  • Segundo, notemos que, enseguida, al terminar con el paréntesis, Pablo cita la Escritura que dice: “El mayor servirá al menor”. Este verso también es usado para intentar demostrar que Dios elige a una persona por sobre otra para salvación. Sin embargo, Dios no se refería a personas particulares sino a los pueblos descendientes de ambas personas.
    Esto lo sabemos porque el texto citado se encuentra en Malaquías, este libro se escribió cientos de años después de la muerte de Jacob y Esaú. Además, en Malaquías Dios estaba refiriéndose a Israel (Jacob) y a Edom (Esaú), dos naciones. Debemos leer el verso completo, que dice:
    Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación
    ¿Sus montes en desolación? obviamente Dios se refería a la nación de Edom.
  • Por otro lado, si todo el énfasis de Pablo estuviera recayendo en la elección individual de las personas, Esaú hubiera tenido que llegar a ser siervo de Jacob (el mayor servirá al menor), pero eso nunca ocurrió. Lo que Pablo, en realidad, quiere resaltar es el trato de Dios con dos pueblos distintos: Un pueblo espiritual (por la fe) y uno carnal (por linaje humano).
  • Además, si vamos a la parte de la Escritura que Pablo estaba citando, efectivamente comprobamos que esto es así:

    Génesis 25:23 – “y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

Así que, la conclusión a la que Pablo quiere llegar es obvia: Aunque Esaú era descendiente legítimo no fue considerado heredero de la promesa. Es así con muchos judíos hoy, que tienen sangre legítima pero no serán considerados parte del pueblo de Dios sólo por eso. Ellos tienen que recibir por fe la promesa de Dios en Cristo Jesús. Así que, Dios no ha dejado con puerta cerrada a muchos, sino que todos pueden alcanzar salvación por medio de la fe en Cristo.

Esta es una verdad que va a ser reforzada mucho más en el capítulo 10, donde Pablo pide que se envíen misioneros a la nación incrédula de Israel (Ro.10:14-15).

2da Cuestión: ¿Hay Injusticia en Dios? (vv.14-18)

Ahora, los judíos pensaron que es muy injusto elegir un pueblo como luz a las naciones, y que al final cualquier persona pueda ser usada en el ministerio del evangelio sin la necesidad de pertenecer a Israel. Que ellos hayan tenido los pactos, recibido las promesas, celebrado las ceremonias, etc. y que ahora los gentiles reciban igual favor, e incluso que muchos de los judíos sean reprobados para la salvación, era totalmente descabellado para ellos. Es injusto decían.

Respuesta: En ninguna manera, no hay injusticia en Dios (Ro.9:14).

Comprobación:

  • Pues a Moisés Dice… v.15, 16 - Ejemplo del Judío.
    Tendré misericordia del que yo tenga misericordia. Este verso es tomado de  Éxodo 33:16-19. Lo que Moisés parece pedirle a Dios es una exclusividad para con los judíos, que ellos sean los que moren con Dios y vean Su gloria, muy a parte de todos los pueblos de la tierra. Dios le responde, que mostrará su misericordia a quién él quisiere. La misericordia de Dios no está condicionada a un pueblo específico. Si Dios quería tener misericordia de todos los pueblos, los judíos no podían replicar a esto.
  • Porque la Escritura dice a Faraón… v. 17,18 - Ejemplo del gentil.
    Dios usó a un pagano para llevar su nombre por toda la tierra. Esto era innegable para el pueblo judío. Recordemos que estamos tratando de dos pueblos. Dios puede usar a judíos como a gentiles para glorificarse, esto no depende de nadie más, sino sólo de él mismo.

Conclusión: No hay injusticia en Dios. Ya que nadie puede decirle de quien tener misericordia y de quién no. Dios también quiso extender su misericordia a los gentiles y los judíos no tienen nada en sí mismos como para redargüir a Dios de que ha obrado mal con esta decisión.

Son las palabras de Dios a Moisés después de su intercesión por los hijos de Israel cuando habían adorado el becerro de oro. El significado de la cita es que nadie puede poner a Dios bajo obligación. El hombre no puede hacer reclamos delante de Dios en base a su linaje o su comportamiento. La manifestación de la misericordia de Dios es totalmente libre de toda pretensión humana de merecerla.” (Cevallos, Romanos. p.168)

Referencia: Hechos 11:18 – “Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”

Refutación a ideas contrarias:

Algunos proponen que la frase “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia” indica que la misericordia de Dios es limitada sólo para algunos elegidos. Pero es todo lo contrario, esta frase más bien enseña que la misericordia de Dios es infinita e inclusiva. Según el contexto, los judíos reclamaban una aparente injusticia de Dios por dar misericordia a los que no eran parte de ellos. Pero lo que Pablo quiere que entiendan es que la misericordia de Dios no es limitada por cuestiones de nacionalidad o linaje.

Para refutar este planteamiento, basta con citar la conclusión a la que Pablo quería llegar. Por supuesto, ésta se encuentra al final de la unidad de pensamiento del escritor (que incluyen los capítulos 9, 10 y 11). Así es como concluye pablo, exaltando la maravillosa omnisciencia de Dios:

Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios (gentiles), pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos (judíos), así también éstos ahora han sido desobedientes (Judíos), para que por la misericordia concedida a vosotros (gentiles), ellos también alcancen misericordia (judíos). Porque Dios sujetó a todos (judíos y gentiles) en desobediencia, para tener misericordia de todos.

¿Hay ejemplos bíblicos que demuestren que esta enseñanza viene de Dios?

Por supuesto, en el antiguo testamento tenemos a Jonás, un judío celoso por la misericordia que Dios mostró para con un pueblo pagano. En el nuevo testamento, tenemos el ejemplo que usó Jesús con la historia del hijo pródigo, el hermano mayor refunfuñó por la misericordia que su padre había mostrado para con su hijo menor. Y si esto no es claro, recordemos cuando Jesús estuvo en Nazaret y les dio a los celosos judíos dos lecciones preciosas de la misericordia extensiva de Dios: La viuda de Sarepta a la que le fue enviada el profeta Elías aun cuando habían muchas viudas en Israel; y a Naamán el Sirio, a quién Dios sanó aunque habían muchos leprosos en Israel. Esto por supuesto enfureció a los judíos, tanto que sacaron a Jesús fuera de la ciudad con la intención de matarle (Lucas 4:24-30). Así que, desde siempre Dios estaba enseñando esta verdad: Su misericordia no se limita al pueblo judío.

“No depende del que quiere ni del que corre”

Esta tampoco es una frase excluyente, pues los calvinistas piensan que esto se refiere a que ningún ser humano podría ser salvado si Dios de antemano no lo hubiese elegido. Pero, nuevamente, ubiquemos esta frase dentro del contexto. “El que quiere” es una expresión que parece referirse a los pueblos gentiles, mientras que “el que corre” con mayor seguridad se refiere a los judíos, ya que en la conclusión del capítulo Pablo dice que eran los judíos que corrían o iban tras una justicia fuera de Cristo (Ro.9:31-32). No depende de lo que hagan unos u otros sino de Dios que tiene misericordia de todos.

La conclusión es muy clara: Dios ha querido tener misericordia de todos los pueblos, tanto de judíos como de gentiles. Ninguno puede objetar en contra de la misericordia ofrecida al otro. No hay injusticia en Dios. No hay acepción de personas para con Dios. Su misericordia no es limitada, es tan grande que llena toda la tierra.

3era Cuestión: ¿Por qué pues inculpa Dios? (vv.19-29)

La última cuestión tiene que ver con el estado actual de Israel. Si la voluntad de Dios era extender su misericordia a los gentiles sin la necesidad de la mediación de Israel ¿Entonces por qué inculpa si sus propósitos se han cumplido? Esto no debe entenderse como una cuestión de salvación personal sino del uso que Dios hace de dos pueblos distintos.

Respuesta: ¿Quién eres para que alterques con el plan de Dios?... v.20.
Dios puede usar un grupo para su gloria y desechar a otro grupo para mostrar su justicia. Ahora, que Dios use a un grupo no quiere decir que automáticamente todos los que componen ese grupo sean salvos, como Israel que era el pueblo elegido más la salvación del alma era una cuestión de fe personal. Igual, que un grupo sea endurecido no quiere decir que Dios esté condenando a todos los miembros de ese grupo, porque Pablo mismo, en el capítulo 10, afirma que ora por la salvación de sus compatriotas y quiere que se les lleve el evangelio (algo que él no podía hacer porque había sido enviado a los gentiles); y en el capítulo 11 claramente dice que Dios no ha desechado a su pueblo, de otra manera Pablo mismo, con muchos de sus acompañantes, no serían salvos. Así que, hay una delgada línea para confundir la salvación del alma con la elección de un pueblo para propósitos terrenales. Tengamos cuidado.

Comprobación: Hay dos vasos, dos recipientes (Ro.9:21):

  • La Israel Incrédula: Vasos de ira. “Corren tras una ley de obras” (Ro.9:22).
  • La Nación espiritual: Vasos de honra. “Los que aceptan la gracia por fe” (Ro.9:23-24).

“La conclusión es que el Soberano de la historia es libre para destinar a los hombres para diferentes funciones en el curso de la historia de redención para el cumplimiento de su propósito. Hasta aquí parece evidente que la ilustración del alfarero se refiere solamente a los usos o roles de los vasos. No hay ninguna sugerencia de una voluntad caprichosa en la manera de proceder de Dios ni hay alusión a los destinos finales de las personas. De hecho, en la continuación del argumento, Pablo demostrará que Dios procede con paciencia y misericordia.” Cevallos, CBMH tomo 19: Romanos. (p. 171).

Refutación a ideas contrarias:

Algunos sugieren que el ejemplo del alfarero demuestra que Dios elige a algunas personas para salvarlas y así glorificarse y a otras para desecharlas a la condenación, mostrando así su poder y justicia.

Pero, no hay nada en el pasaje, que nos indique o demuestre que Dios elige o desecha a personas individuales para salvarlas o condenarlas. El contexto nos habla de dos pueblos y sus ministerios evangelísticos en la tierra. Israel no cumplió este ministerio y fue endurecido. Y aun con todo esto, no ha sido desechado pues Pablo mismo dice que en el futuro serán restaurados a su ministerio como olivo natural.

Pero, si se quiere dar una aplicación personal a esta enseñanza, se debe entender que la forma de endurecer de Dios no es por medio de una elección arbitraria o propiciando las diferentes respuestas de cada quién. No, como hemos visto en todo el contexto, Dios obra de la misma manera para con todos. Extiende su misericordia a todos y la proclama a través de su mensaje por todos lados (Ro.10:18). La misma palabra que conduce a la fe, el mismo evangelio que produce salvación en quienes creen, es el mismo instrumento que endurece a los incrédulos.

Entonces, para entender bien sobre el endurecimiento de Dios, tendremos que hacernos la pregunta: ¿Cómo endurece Dios? la respuesta es: “con su palabra”. De la misma manera que el calor del sol puede derretir la cera y al mismo tiempo endurecer el barro; la Palabra de Dios derrite el corazón del que cree y endurece al que le rechaza. No es que Dios haya elegido hacer una cosa sobre unos y otra sobre los demás. Dios otorgó su calor de soberanía y misericordia en todos por igual, pero el efecto es diferente en unos y en otros, dependiendo del tipo de corazón con que reciban el mensaje.

Por esto, cuando Pablo hace la distinción entre los dos pueblos, no la enseña propiamente entre judíos y gentiles. Si fuera así ningún judío podría haber sido salvo (Ro.11:1), sino que estos pueblos representan a dos grupos de personas espirituales: los incrédulos y los creyentes. Los dos reciben la misericordia de Dios, uno la rechaza y por lo tanto se endurece, otro la recibe y por lo tanto es bendecido. Todo esto sirve para explicar qué pasó con Israel, hablando como nación, ellos se endurecieron así mismos por su duro corazón: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,” (Ro.2:5) Cuando pablo dijo eso, claramente estaba tratando con judíos: “He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,” (Ro.2:17)

C. Las Conclusiones sobre el fracaso de Israel. vv.30-33

¿Qué pues diremos a esto?

  • Que los gentiles han alcanzado la justicia por la fe.  Ro.9:30
  • Israel iba tras la ley de justicia pero no lo alcanzó porque iban tras ella no por fe. Ro.9:31-32
  • El que no cree en Cristo será avergonzado, pero el que creyere en él será salvo. Ro.9:33

A este mensaje, sencillo y poderoso a la vez, quería llegar el apóstol.

Aplicaciones:

  1. Aprendamos a interpretar debidamente la palabra de Dios, estudiándola diligentemente, prestando atención a cada detalle pero más que nada a las conclusiones de las grandes perícopas.
  2. Dios tuvo un trato especial con Israel, eso no hacía que todos ellos fueran salvos automáticamente. Por su arrogancia confundieron el mensaje y tropezaron. Cuidado con el orgullo que puede hacernos caer en graves errores, especialmente si se trata de creerse parte de un grupo exclusivo de “elegidos”.
  3. Indudablemente Dios es soberano, pero eso no limita en absoluto su grande misericordia y amor por los hombres. Sigamos testificando al mundo con esperanza, con pasión y con misericordia.

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