GRATITUD E INTERCESIÓN
Estudio a Colosenses
Base bíblica: Colosenses 1:3
“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo…” v.3
ANÁLISIS: Como mencionamos anteriormente, ser agradecidos es un indicativo de humildad y de un adecuado reconocimiento de Dios en todas las cosas.
Sin embargo, la gratitud también es un instrumento de motivación y aliento para otros. Siendo así, debe haber sido de mucho ánimo, para los colosenses, saber que el apóstol siempre daba gracias a Dios por ellos.
Recordemos que, en esta carta, Pablo tiene muchas cosas importantes que comunicarles, cosas como: prevenirles sobre los peligros doctrinales que les rodeaban. Pero también, mostrarles algunas debilidades en ellos, cómo: (1) El peligro de oír fácilmente las sutilezas de los falsos maestros (2:4, 8, 16, 18) y (2) enredarse en los apetitos de su propia carne (3:5–11).
Los colosenses podrían haber tomado a mal estas advertencias, sobre todo, viniendo de alguien a quién ellos no conocían (Como vimos, Pablo no fue quien fundó esta iglesia). Pero esto no fue así debido a los sentimientos de aprobación implícitos en esta acción de gracias. En sencillas palabras: La sinceridad de Pablo, y su sabiduría para tratar con las personas, le permitían llegar a muchos. Así que, la actitud de humildad siempre nos abrirá puertas
Por tanto, antes de amonestar o dar advertencias en cuanto al peligro, Pablo asegura, en sus letras, que él está convencido que la obra de Dios es evidente en las vidas de sus lectores. Tenemos mucho que aprender de pablo en este sentido.
APLICACIÓN: Por la forma en la que Pablo habla, sobre su oración, nos damos cuenta que antes de pedir cosas, agradece a Dios por los demás. “Damos gracias a Dios… orando siempre por vosotros”.
- Esto, desde ya, supone una gran lección para todos nosotros. Muchas veces nos acercamos a Dios como si él fuera el genio de la lámpara, a ver si cumple nuestros deseos más anhelados.
- Tratamos a Dios como si su única función fuese cumplir nuestras peticiones.
- Muchos inician su oración sin reflexionar y pasan directamente a la enumeración de una larga lista de peticiones o encargos. Esto tiene que cambiar.
- Cuando oremos, no debemos olvidar que estamos dirigiéndonos a nuestro Dios soberano; él merece siempre nuestra adoración, alabanza, comunión, y nuestra gratitud. Por todo esto, prioricemos la gratitud y la intersección antes que la petición. Sólo así habrá verdadera adoración.
LECCIÓN DE FE: Traigamos esta verdad a nuestra propia experiencia de vida: ¿A quién le gustaría mantener una íntima comunión con aquellos que sólo nos usan para sus fines egoístas y que luego nos desprecian? Si eso no nos parece agradable entonces no hagamos lo mismo con Dios.
Coméntanos: ¿Qué podríamos hacer para no olvidar nuestra profunda gratitud con Dios a diario?
Te dedicamos:
- Hebreos 12:28 | “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.”
- Colosenses 3:15 | “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”
- Salmos 75:1 | “Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; los hombres cuentan tus maravillas.”
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