LA FE CONTRA NUESTROS DESEOS
Santiago 4:1-10
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?” (v.1)
Proposición: “Nuestros deseos naturales fuera de la voluntad de Dios solo atraerán muchas tristezas"
Esta es la proposición a todo el capítulo 4. En este bosquejo vamos a enfocarnos en la fuente y detalles que Santiago ofrece sobre nuestros deseos. Y en el siguiente vamos a ver dos ejemplos de deseos mal orientados.
LA FE CONTRA NUESTROS DESEOS:
A. Los deseos son naturales en todos.
- Vuestras pasiones. Stg.4:1
- Lo que deseáis. Stg.4:2
- Vuestros deleites. Stg.4:3
- Vuestros corazones. Stg.4:4
- Vuestro risa y gozo. Stg.4:5
Los deseos naturales o “pasiones” vienen con nosotros desde que nacemos y estarán en nosotros hasta morir. No podemos desligarnos de nuestros deseos. Pero lo que vamos aprender es a no vivir controlados por esos deseos.
B. Los deseos naturales, fuera de la dirección de Dios, producen:
- Guerras y pleitos.
"¿De dónde vienen las guerras y los pleitos..? ¿No es de vuestras pasiones" v.1 - Pecados desordenados.
"Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia" v.2a - Insatisfacción del alma.
"Y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis" v.2b - Oraciones vanas.
"Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites." v.3 - Enemistad contra Dios.
"¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? " v.5
Estas son las cosas que producen nuestros deseos cuando son ellos los que nos controlan a nosotros. A continuación veremos la salida que Dios nos ofrece para mantener a nuestros deseos bajo control:
C. El remedio para los deseos mal orientados.
- Revestirse de humildad. Stg.4:6
- Someterse a Dios. Stg.4:7a
- Resistir al Diablo. Stg.4:7b
- Acercarse al Señor. Stg.4:8
- Limpiar las manos. Stg.4:8b
- Purificar el corazón.Stg.4:8c
- Arrepentimiento. Stg.4:9-10
APLICACIÓN:
1. Comience cada día consciente de que está librando una guerra incansable contra sus pasiones.
2. No deje de orar y pedir fortaleza para su hombre interior. Memorice los versos bíblicos adecuados y adore a Dios en todo momento.
3. Viva humillado en la presencia de Dios. No se crea en ningún momento que usted es fuerte y capaz, someta todas sus debilidades al control del Espíritu Santo. Otorgue la gloria a Dios en todas las cosas.